Siempre he sido muy de dar
tumbos de un lado a otro sin parar. Los que me conocen dirían que
incluso, algo raro; no les culpo a esa panda de cabrones.
Me levanto temprano, a eso
de las cinco, me visto con un traje impecable, cojo mi maletín
después de un desayuno a base de las últimas vitaminas diseñadas
en fábricas y me dirijo a mi oficina en la que paso unas diez horas
diarias analizando... y una mierda. No, nada de esto es verdad. Si lo
fuera ya haría tiempo que me habría tirado por algún acantilado
previo vómitos por una vida tan “idílica”. No es mi estilo. Se
siente.
Mis días pasan como si
fueran una fotocopia tras otra en una rueda sin fin. No sé muy bien
lo que busco, pero sé que se encuentra en alguna parte... o que se
encontraba. Ya lo entenderéis. Os dejaré algo claro. No estoy muy
cuerdo, pero no me prejuzguéis y yo haré lo mismo por vosotros.
Quizá mi estilo de vida o personalidad no cumpla vuestros parámetros
de una existencia plena y debidamente estipulada por algún organismo
superior... pero me suda la polla. No voy a dejar de dar tumbos por
vosotros ni por nadie... bueno, quizá por Laputa. Por ella sí... o
no. Vosotros no la conocéis; todavía, pero merece la pena. Sus
tetas sobre todo, pero tiene más, mucho más. Ella es una obsesión.
¿Qué? ¿Queréis conocerla también? Ok, pues venid conmigo y os
dejaré olisquear en mi interior. No literalmente. Pero algo se podrá
hacer. Podréis conocer estas cosas y muchas más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario